Es algo tan grande que nunca entenderé por qué siempre antes de irme me duele la guata, como si fuera la primera vez que voy. Es tan grande, que no puedo explicar con palabras la tranquilidad que me da estar ahí, lejos, con gente maravillosa. Es tan grande que no podría explicarles lo que siento cuando se prende el fuego.
Como siempre, en el momento perfecto. Donde tengo que estar. Donde soy yo.
...Cantamos a la vida, dormimos cara al viento...
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