No es el tiempo lo que me trae a ti, es la falta de este. Son las conexiones que antes nunca hicimos, que ocurren ahora, cuando se nos escapa la vida.
Cuando me senté ahí, frente a tus manos, sentí el vacío apoderarse de mi. Sentí por primera vez la ausencia, la angustia a la ausencia, el miedo a no sentirte presente, a que no me sientas presentes. A sin tenerte, no tenerte.
Yo no quiero olvidarte y eso es a lo que más le temo. Le temo a esos momentos que ya empiezan a borrarse.
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