Tomé después de mucho tiempo esa caja que en el rincón de mi pieza tenía olvidada. La abrí esquivando las telas de araña y lo encontré, ese recuerdo. La lluvia caía por la ventana y alguna canción sonaba en la radio. Lo miré tratando de observar a todos los lugares que me había llevado, todas las alegrías que me había dado y me sentí yo, como nunca, como lo soy.
Porque aún creo en todas y cada una de las palabras que esa noche dije: porque cada vez que siento que me pierdo de mi recuerdo que "si avanzo que la ruta me siga, si tropiezo que la ruta me levante y si mi vida sirve al servicio de los demás, que Dios y mis hermanos me acompañen"
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