Lo pienso. Mil-quinientas veces lo pienso. Y lo vuelvo a pensar. Y estoy ahí de nuevo sentada con frío, tratando de escuchar lo que dices, pero no puedo, los recuerdos se mezclan en las conversaciones y solo recuerdo lo mucho que nos cuesta levantarnos temprano en días comunes. Quiero ponerte atención pero no puedo, porque sé lo que viene, lo presiento. Como esas películas que has visto tantas veces que sabes exactamente la siguiente escena. Lo anticipo y no me muevo. Me quedo ahí buscándote, esperando a que me des una señal para seguir. El primer paso, el primer movimiento y lo pienso, mil-quinientas veces lo pienso y lo vuelvo a pensar. Debí haberme corrido, debí haber evitado lo que ahora siento. El corazón se me aprieta cada vez más fuerte, al contrarío de lo que se supone, se supone que cada vez debería ser menos. El estómago se me llena de cosquillas y quiero estar ahí de nuevo sentada con frío, tratando de escuchar lo que dices, anticipando lo que pasará y deseándolo como ahora sé que lo deseé en ese momento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario