Probablemente sea porque me siento muy pequeña que puse la foto. Pero no pequeña de disminuída, pequeña de feliz de ser pequeña. Así igualito que cuando a los 7 años fui a Iquique y jugué toda la tarde con un niño en la playa. Así, feliz de sentirme niña.
Porque es muy raro que ahora me vuelva a sentir así, porque no es nada más que el nerviosismo de saber que voy a verte, porque cuando estamos sentados a un banco de distancia y te inclinas hacia mi lado siento como las mariposas revolotean, y no son esas mariposas que te hacen sufrir volando, son esas que agradeces sentir.
Me estaba congelando, estacándo en él, en algo que de verdad nunca tuvo ni pies ni cabeza, ni un principio, ni un final, solo un "conflicto central" que no fue más que eso... y llegaste, y me puse muy tontorra mamona de nuevo. Y no de esa que sufre y llora escuchando música, sino esa que ansía en que llegue el día en el que te verá porque le encanta sentir lo que siente cuando te ve. Y es que de verdad me basta con sentirme nerviosa por un rato, o caminar por afuera de ese lugar con la esperanza de verte, o hablar con esa persona para saber si te ha visto, porque no necesito nada más. Quizás sea un poco egoísta, porque a veces siento que no necesito nada más que verte, mi cuota de nervios y mariposas y listo, y no quiero darte nada a cambio. Solo quiero verte, que me mires y sonreírte, porque estoy feliz, porque estoy tranquila, porque siento que sin hacer nada me devolviste a la niña que con él estaba perdiendo, esa que sería capaz de mandarte un papel con un hola en medio de la clase, esa que pondría su nombre y el tuyo en un diario de vida. Esa que siempre he sido, pero que por querer impresionar-lo estaba cambiando.
Y es muy probable que jamás te diga esto,
y es áun más poco probable que llegues aquí,
de todas formas de te daré las GRACIAS, por hacerme feliz
aunque nisiquera sepas que lo estas haciendo.